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La historia del “Dulce o truco”

Por AE Latinoamérica el 01 de Diciembre de 2014 a las 15:30 HS
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En la actualidad, una de las tradiciones que definen la noche de Halloween es aquella en que los niños disfrazados van de puerta en puerta pronunciando la clásica frase: “Dulce o truco”. Los adultos tienen dos opciones: o les dan una recompensa o sufrirán una broma. Sin embargo, lo que hoy se da de manera tan natural tiene un origen difuso, aunque no del todo incierto. Aunque no lo crean, el primer registro de esta costumbre en Estados Unidos se da recién a principios del siglo pasado.

 

La fuente más reconocida, es que se ha desprendido de una tradición cristiana. En Irlanda e Inglaterra, a fines de la Edad Media, los niños acostumbraban a ir a cantar casa por casa durante el primero de Noviembre. Si les daban una limosna, ellos prometían rezar por los muertos de esa casa al día siguiente. Por otro lado, los disfraces son un aporte de la cultura celta, que creía que esos días los espíritus podían rondar libremente por la tierra. Para protegerse, los niños se disfrazaban como ellos. De la misma forma, las calabazas iluminadas son una forma de mantener lejos al legendario espíritu de Jack O’Lantern, un hombre malo que engañó al diablo en vida y que, al morir, fue rechazado tanto del cielo como del infierno. El aporte celta ese combina con la tradición cristiana a fines del siglo XIX en Escocia, de donde proviene el primer registro de la costumbre más cercano a como la conocemos hoy. Luego, los inmigrantes escoceses, ingleses e irlandeses llevaron la costumbre a Estados Unidos y hoy es un fenómeno global.

 

 

Su origen está repartido, pero lo cierto es que se trata de la única noche en que los niños pueden cometer actos vandálicos si no obtienen lo que piden ¡Y que nadie los reprenda! Así que, ¡aprovechen chicos! Cualquier otro día que lo hicieran podría llevarlos directo a una Terapia de shock.